domingo, 22 de enero de 2017

TORMENTA


No me acordaba, de la tormenta ni de nada, ROJO Y NEGRO me tiene muy ocupado. Se ve que estoy en estado de CALMA, no me siento inspirado o es que la lectura de este mes es densa y larga y ya no hago novillos como antes.

Me gusta la lluvia, truenos, relámpagos y demás fenómenos meteorológicos,
incluso los rayos, siempre un poco lejos.




Bueno hay algo que modifica mis gustos, son las tormentas que no son meteorológicas, son humanas, son los fracasos de la convivencia,
“que te parta un rayo” es la frase típica con que terminan de forma dramática los dos tipos de TORMENTAS.


Carlos Aguilar


jueves, 12 de enero de 2017

VIAJE AL FIN DE LA NOCHE

A Marcos Ana


27 de enero de 1971. Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Todavía era de noche cuando partimos hacia Auschwitz. Marcos Ana, Pablo Neruda y yo íbamos en un jeep. Durante el trayecto una periodista rubia y de rostro dulce nos acompañó para entrevistar a Marcos Ana: comenzaste a militar en las Juventudes Socialistas Unificadas de Alcalá de Henares. Fuiste detenido tras la guerra y condenado a muerte por crímenes que no habías cometido. Se te conmutó la pena de muerte y estuviste 23 años en las cárceles del franquismo. Luego te fuiste al exilio e hiciste una amplia labor de difusión sobre la dictadura franquista. Sabemos lo que piensa Federico Sánchez y Pablo Neruda pero… ¿qué significa para ti la visita al campo de concentración de Auschwitz?




Marcos Ana esbozó una sonrisa triste mientras desvió la respuesta explicando que los tres acudíamos a la efeméride por ser miembros del Consejo Mundial de la Paz y que cada uno era el representante de su país natal. En mi caso, aún siendo español, estaba como delegado de Francia. Pablo Neruda y yo mirábamos por las ventanas del vehículo en silencio, ajenos a la conversación entre la joven y Marcos Ana. Conforme nos acercábamos al punto de llegada comenzaba a clarear el día. El sol se asomó por encima del valle, como por arte de magia, justo en el instante que bajábamos del jeep. Sólo se oía el silencio. A todos nos había sorprendido ver aquel lugar bucólico. Entonces asocié en mi memoria las primeras  imágenes y palabras del documental Noche y niebla realizado por mi amigo Alain Resnais: Incluso un paisaje tranquilo, incluso una pradera con cuervos volando, cosechas y rastrojos quemados, incluso una carretera por donde van coches, campesinos, parejas, incluso un pueblo de vacaciones, con su feria y su campanario, pueden conducir a un campo de concentración…




La periodista permaneció en el jeep mientras nosotros caminábamos turbados hacia la puerta principal del campo de exterminio. Al divisarla los tres levantamos la cabeza para leer mentalmente la frase que coronaba aquella entrada: Arbeit macht frei. Entonces la pronuncié en alemán, en voz alta, y la traduje: El trabajo libera. Traté de explicarles que la frase era deliberadamente ambigua porque sugiere no sólo que el esfuerzo libera a las víctimas sino que además la ocupación nazi pretendía ejecutar el premeditado asesinato masivo en los opositores al régimen, librepensadores, judíos, masones, gitanos, comunistas, negros, homosexuales, mestizos, discapacitados, enemigos de guerra, cristianos… El lema se utilizó en los campos de trabajo y de exterminio durante el nazismo como irónica y cínica bienvenida a los presos. Si observáis la letra B de la palabra Arbeit (trabajo) está invertida. Al parecer los prisioneros de dicho campo aseguraban que fue un símbolo de protesta del compañero de cautiverio Jan Liwacz, que como cerrajero artístico se encargó de poner la frase.

Estuvimos un largo rato en silencio. Pablo Neruda y Marcos Ana se miraron afligidos…Traté de alejarme de ellos pero Marcos Ana me avisó: no, Federico, no hace falta que te vayas… Me quedé mirándole a sus ojos gastados por el tiempo, aquellos ojos que, como yo, habían vivido la Shoah. Entonces Marcos Ana comenzó a llorar. Pablo Neruda se acercó a él y le rodeó con sus largos y fornidos brazos. Como si fuera un niño grande su voz desprendió una inmensa ternura mediante una prosodia lenta y calmada: Marcos, es increíble que a un hombre como tú todavía le queden lágrimas.





Pablo Ferrando García