Creo que estoy
entrando en un período nuevo de mi vida, no sé bien cuál es
Me horroriza
la palabra vejez, me gusta más la palabra señor, señor que...
Señor esto, lo
otro y lo demás allá... estoy en esa etapa en que la juventud siempre quiere
ayudarte, en el bus, en el metro, en la calle, en el bar, ¡si! En todas partes,
en todas partes... y pienso que son muy amables, me acompañan al cuarto de baño
inclusive para abrirme la puerta, ¡ché! una pasada ¡masa!
Pienso que no
es necesario, pienso que soy autosuficiente que yo solo me valgo, que no soy
tan viejo ¡coño!
Y aquí viene
el problema: me enfado, me cabrea cuando me tutean, me cabrea cuando un joven
no me deja pasar primero por el marco de la puerta ¡vamos! Me enfado, no por
todo, pero sí por casi todo ¡me enfado, me enfado, me enfado!
Y al cabo del
día estoy agotado, ¡ché!...
Me estoy
convirtiendo en un intolerante y eso me preocupa, no me deja dormir por las
noches, lo que me faltaba “pal duro”
“Porfa” no me
digáis que es vejez, decidme que “tinc” un carácter “pudent”…
Será que no
hago ejercicios espirituales desde el siglo pasado, que ya no estoy para
resolver o que el mundo va a una velocidad y yo a otra, que me obligan a votar
y no me gusta ningún partido y eso me cabrea hasta el infinito y más allá.
Todo eso pero
no me digáis que es el principio de ...
No tengo
arrugas en la cara por el momento ¡CHÉ!
Carlos Aguilar
Enero 2020