domingo, 14 de diciembre de 2014

VIVALDI Y YO

Mi flechazo con la música se produjo a los seis años. La madre Francisca de las Hermanas de Las Josefinas de Cuenca nos puso en clase un vinilo (entonces se llamaban “elepés”) con "Las cuatro estaciones" de Vivaldi. Fue un impacto tremendo: podía ver la música, si cerraba los ojos ¡veía!. Aparecían ante mí todos los detalles del paisaje, los pájaros cantando y jugando, sentía el sol del verano en mi piel y también el  viento gélido del invierno, veía las mieses y la luna, podía oler la hierba y sentir el agua salpicando mis pies.

Tuve que enseñar el disco en casa. Para mí era necesario compartir tal descubrimiento maravilloso con mis hermanos y mis padres. Se lo pedí a la monja y debió percibir tanta pasión y angustia en mí que me lo prestó. Teníamos un "pick-up"de esos de maletita, en los que había que levantar el brazo y llevarlo con suavidad hacia los primeros surcos del disco, para luego depositarlo con la mayor delicadeza posible sobre ellos para que comenzara el milagro de la música.


Recuerdo que lo ponía sin cansarme una y otra vez, aunque en casa no obtuviera la acogida entusiasta que yo esperaba. A pesar de que yo me esmeraba con todo el cuidado del que era capaz a esa edad, que a mí me parecía infinito, el disco acabó rayándose. Este desastre, que yo viví como una pérdida irreparable, me costó un bofetón y una gran bronca de la comprensiva y cariñosa sor y, aunque mi padre repuso el disco en cuestión, este primer descubrimiento acabó en susto y dolor.

Cruz Ferrando


6 comentarios:

  1. Bello!
    De pronto me he ido lejos, y he sido niña. He vivido la experiencia.
    Supongo que a pesar de toda esa masa densa y gris que nos acompaña. A pesar de toda la oscuridad que a veces nos engulle.
    Estos destellos de luz y de belleza, nos hacen sentir la magia.
    Gracias.

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    1. Gracias. Es uno de los recuerdos de mi infancia que permanece más vivo en mi memoria.

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  3. Se nota, Cruz, que es una experiencia muy vívida...Me ha gustado mucho. Es todo un viaje iniciatico sobre el placer de la sensualidad sonora y, como contrapartida, su displacer.

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    1. Gracias Pablo. Me encanta como lo expresas. Últimamente estás sembrado!!!!

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