CÁPSULAS
Desde hacía cinco
años, todos los días era el mismo ritual a primera hora de la mañana aún en la
penumbra de la habitación recién despierta.
Ciento dos era el
número de capsulas que deslizaba por el gaznate desde que fuera víctima de la “orofrasía
galopante” tras un viaje al asteroide Vesta.
Con todo, lo peor
era que no bien las había ingerido, era incapaz de recordar si el hecho había o
no tenido lugar.
Michel Feifer.
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