martes, 7 de julio de 2015

MONTAÑA

Montaña es de esas palabras que me retrotraen al origen del lenguaje. Como llamar a las cosas nunca es tarea fácil, menos partiendo de nada, y sin duda esta debió ser una de las primeras en ese proto-lenguaje con el que los humanos primigenios empezarían a comunicarse. Me gusta imaginar la manera en que habrían de referirse a su entorno y lo que este les ofrecía, de manera simbólica o figurativa, ya sea por razones funcionales o emocionales, que sé yo como se forjaría ese concepto ahora tan concreto al que siempre podemos añadir calificativos abstractos como el de mágica.




Buscando luz sobre esto en la insondable red, sin ningún rigor científico debo añadir, encuentro que la palabra latina mons, montis se asocia con la raíz indoeuropea men-2 (partes salientes, proyectar, ascender, sobresalir) que estaría presente en las voces latinas adminículo, eminente¸ prominente, mentón,… y desde el que se prestan al árabe con mena, amenaza, almena…



En fin, las cosas que tienen las palabras y el pensamiento, o es al revés?


Violeta Pfeiffer.
Julio de 2015.

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