lunes, 6 de julio de 2015

Ceniza de espiga de cebada



La correspondencia entre Alexia y Empar se inició un Jueves Santo. Un mes antes, las imágenes en el aeropuerto de la familia Duobert habían sido demasiado demoledoras para Empar. Alexia volvía a su país natal, aquél del que nada sabía y en el que nunca había vivido. Se despedía de España con su mirada indígena repleta de tristeza. Empar tuvo que cerrar el Facebook al ver la fotografía de su alumna arrastrando un pequeño equipaje de mano sobre la pista de aterrizaje. Pero justo treinta días después, el Facebook se hizo alegre. Alexia sonreía sobre unos patines en una calle cualquiera, de una ciudad cualquiera de Perú. Sólo entonces Empar fue capaz de escribir unas letras.

Buenos días Alexia
¿Cómo va todo por ahí? ¿Qué tal tu nuevo instituto? ¿Os llegaron los colchones que embarcasteis?

 La respuesta tardó unos días.

Buenas Empar. Últimamente no abro el Facebook con regularidad, estamos muy liados con los papeleos y con organizarlo todo. Nuestras cosas llegaron el día diez. Ya están en el puerto. El día 16 empiezo el colegio. Sinceramente Empar, no me gusta mi uniforme, es una falda pantalón larguísima horrible. Parezco una monja. Acá no se da la asignatura de tecnología. Todo es diferente. Me hago un poco de lío.
Un beso inmenso.

Dos meses después, Empar volvió a recibir una misiva desde Chosica. Dos emoticonos sonrientes y un “cómo está”, la sentaron a responder a su alumna.

Querida Alexia
No te preocupes por esa falda pantalón. Te acostumbrarás. El objetivo del uniforme es bueno, tratar de que todos los alumnos sean iguales. Tal vez podrían dejar de ser tan arcaicos y actualizarlos a base de vaqueros y camisetas de algodón, pero hay cosas que cuestan.

Tampoco debe preocuparte no tener la asignatura de tecnología. Ya verás como lo que yo te explicaba ahora te lo dan en otras materias. Cuéntame lo que andas leyendo ahora, y lo que hacéis ahí en el instituto, a ver si con las prácticas docentes del otro lado del charco, renuevo un poco mi actividad en el aula.
Saludos a tus padres y un beso para ti

Esta vez la respuesta fue todo lo inmediata que permite el desfase horario entre dos continentes.

Buenas Empar
Acá va todo muy bien. Estamos haciendo la feria de ciencias. Estoy preparando un proyecto que se llama biohormigón. Se trata de sustituir parte del cemento por ceniza de espiga de cebada y con ello hacer muros de contención para huaycos.

Desde su sofá, Empar se volvió loca ¿Qué demonios era un huayco? Pinchó en google imágenes y apareció un lodazal que lo invadía todo. En una de aquellas fotos un autobús amarillo trataba de cruzar una carretera oculta por el barrizal. Se imaginó viajando a la costa oeste de Sudamérica. Aquel viaje lo había soñado antes. Pero esta vez la fantasía tuvo un toque diferente. Ella sentada sobre aquel autobús del siglo pasado, hablaba con la señora del asiento de al lado, que movía todas sus arrugas para decir en voz alta:



-Malditos huaycos, lo destrozan todo, hay que ver la fragilidad
de estas montañas andinas. Hay que hacer algo.

En sueños Empar le contestaba


-No se preocupe usted, esto está a punto de resolverse. Sólo hay que esperar a que el biohormigón salga del colegio de Alexia.

Amparo Juliá
Julio 2015

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