jueves, 15 de octubre de 2015



MONA LISA XXI

Los repliegues de la frente eran sutiles a pesar del paso de los años, pues fruncía el ceño como se frunce un canesú, con mucha dificultad.
Su característica empática le impedía mostrar gestualmente desaprobación aún en el desacuerdo y tampoco conformaba su idiosincrasia el enojo o la tristeza.
El dolor y las penurias no habían tenido presencia relevante en una vida resuelta y superficial. Solo en contadas ocasiones hubo de concentrar la mente en perseguir objetivos que le permitiesen mantener este estatus.
Jamás se expuso al sol sin tocarse.
Pese a todo, unas finísimas incisiones delataban el milagro tetánico del botox.


Violeta Pfeiffer
Octubre de 2015


1 comentario:

  1. Agudo y fiel retrato de un icono de belleza y personalidad, por desgracia, muy reconocible. Me gusta mucho!!!!

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