EL HOTEL
Mi lugar del mundo preferido cuando era niña. No
me cansaba de mirar esa puerta que giraba sobre sí misma sin parar, hasta
dejarme hipnotizada.
Y todo lo que
vislumbraba entonces, a través de sus cristales, era como un cuento de
hadas: las lámparas de araña inmensas y repartiendo sus destellos mágicos en
todas direcciones, los jarrones chinos más altos que los hombres, los enormes y
preciosos centros de flores exóticas, la gran cúpula de infinitos cristales de
colores…
Deseaba, con todas mis fuerzas, sentirme dentro de
ese mundo que intuía mágico tras el
torno.
Hoy, con una copa estilizada de exquisito cristal en
mi mano, mientras simulo estar
interesada en la boca hedionda que espera ansiosa mi piel, me miro desde este
lado del torno mágico y tengo que tragarme todas las lágrimas que amenazan con
ahogarme y que vuelven opacos todos los destellos.
Cruz Ferrando
Una visión dramática del destierro de una mujer de "saldo y esquina" que diría Sabina.Me gusta mucho.Enhorabuena!
ResponderEliminarViniendo de ti, todo un honor. Muchas gracias preciosa!!
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