martes, 29 de abril de 2014

DECISIONES

PALABRA LA QUE TE DÍ SUSURRADA ENTRE BESOS AL OIDO DISPUESTA A CAMBIAR EL DESTINO DE MI VIDA: cariño, hoy te he lavado los calzoncillos por última vez.



Violeta Pffeifer
Valencia, 26 de abril de 2014


lunes, 28 de abril de 2014

La palabra

Decíamos ayer que la escalera como arquetipo de todo aquello que nos eleva existía probablemente desde tiempos inmemoriales en la mente de Dios; sin embargo, en lo que a la palabra se refiere, reina la más absoluta certeza cristiana: “En el principio era el Verbo”, o sea la Palabra. Pero ¿Qué palabra? nos preguntamos, ¿la palabra “eficiente” por ejemplo o quizás “emprendedor” o, verbigracia,  “mercado”, en el sentido de que todo fue hecho por él y sin él nada se hizo? No, el mercado todavía no era Dios ni podía ser aquella palabra primordial que encarnaba la razón divina y el armonioso diálogo trino que se pronuncia “logos” en la lengua del visionario evangelista. En arché ên ho logos, reinaba lógicamente la palabra “logos”, en otras palabras, la palabra “Palabra”, en su suprema manifestación, pero unos cuantos eones más tarde, por desgracia, el logos tuvo que abdicar en otra palabra ya que el fantasioso experimento de la creación se le fue de las manos. ¿O a quién le parecería razonable y compatible con el logos invertir por ejemplo millones de años en la investigación y desarrollo de dinosaurios, sólo para luego eliminarlos a golpe de meteorito? No, esto carece completamente de cualquier lógica.


Exiliados pues el logos y la razón durante millones de milenios, la idea de la palabra finalmente se disfrazó de mythos, aquel novedoso producto que la evolución inventó para una mente humana todavía inmadura e incapaz de exponerse a la palabra verdadera de un pensamiento riguroso. Y empezó el largo y arduo camino de la recuperación. Vino Sócrates con la antorcha de la filosofía, pero sus compatriotas prefirieron su propio palabreo a la palabra socrática; vino incluso la misma palabra, el logos por excelencia, se hizo carne, habitó entre nosotros y también fue ejecutado, mientras que sus amorosas palabras se hundieron en el chismoso vocabulario de la habladuría teológica. ¡Dios mío, Kyrie eleison este fracaso de salvación!


¿Seremos capaces de recuperar para nuestro futuro la clara palabra del logos, de pensar y actuar a imagen y semejanza de la razón tanto humana como divina? ¿O tendremos que conformarnos con las palabras grandilocuentes de una mitología y charladuría competitiva que obedece, no al logos, sino a los distintos logos de un mercado eficientemente emprendedor?

En el principio era el logos
Y al final quedó el logo.

¡Vaya progreso, palabra de honor!

Gerhard Ackermann



 Homenaje al gran Gabo

Empezamos por el libro elegido, El amor en los tiempos del cólera. La propuesta es que busquemos frases suyas, para ir publicándolas a lo largo del mes.

domingo, 27 de abril de 2014

PALABRAS

Vino una ráfaga y se llevó las palabras de ira y las de odio y las que dan pena y miedo.


Se llevó también  las palabras oscuras y las tristes,  las que intimidan y las que encogen el alma .
Pero dejó las de alegría , las de reencuentro, las que suenan bien, las cálidas, las redondas y las cantarinas
y las que dan fuerza y aliento.
Yo le había dicho ... esas ...esas no te las lleves, viento.


Elena Sebastián


Palabra de Amor

En medio de una noche brumosa Pablo entra en el cine. La película que quiere ver está a punto de comenzar cuando se sienta en la amplia butaca. La sala va oscureciéndose y no sabe si hay muchos o pocos espectadores, la luz que inunda la pantalla es insuficiente para apreciar el entorno. 


De pronto, Pablo se encuentra acostado en su habitación y le confiesa a su mujer, Laura, que tiene dificultades para dormir. Entonces ella le aconseja que intente decir Checoslovaquia al revés y notará enseguida fatiga y sueño, pero lo único que le brota en sus labios es la palabra húngara “egészségre”. No comprende porqué le suceden estas incongruencias. Pablo vuelve a entrar al mismo cine en otra noche tan nebulosa como la anterior, pero en esta ocasión la película lleva un rato empezada. Las imágenes presentan a Pina junto a Francesco sentados al pie de unas escaleras. La mujer no ha apartado los ojos del rostro de su amado, su mirada está llena de ternura y admiración. Entonces Pablo advierte que la cámara se coloca en una posición semisubjetiva junto a Francesco para que el narrador y el espectador puedan compartir el punto de vista del protagonista. Francesco no ha cesado de hablar y en un determinado momento dirige directamente la mirada a Pablo y afirma : “Noi lottiamo per una cosa che debe venire, che non puo non venire.” 


Pablo se conmueve por las palabras de esperanza, pero también se sorprende cuando ve a Laura, su mujer, sustituyendo a Anna Magnani en las escaleras. Laura se acerca al hombre que tiene a su lado, que ya no es Francesco Grandjaquet sino Pablo. Ella esboza una sonrisa tierna y risueña y le regala un beso largo y húmedo en su mejilla. Luego le susurra al oído derecho algo que Pablo no oye. Solo siente un ligero cosquilleo en el oído, cree que está perdiéndose algo importante. Entonces gira la cabeza y le recuerda a Laura que en ese oído no oye, que por favor se lo vuelva a decir pero por el oído bueno, el izquierdo. Laura le besa el lóbulo, sus labios tibios se aproximan al pabellón auditivo de Pablo y siente el aire cálido que expulsa Laura por su boca. Las palabras salen de forma suave y dulce: “¿Recuerdas Roma?”


Pablo se despierta bruscamente y comprueba que su mujer duerme de forma plácida junto a él. Poco a poco va desperezándose, observa que el reloj de la mesita de noche señalan aún las cuatro horas y ocho minutos, se sienta sobre la cama y vuelve a mirar a Laura descansando a su lado izquierdo. Decide tomar un vaso de agua en la cocina. Durante el trayecto recuerda la discusión que tuvieron la noche pasada y piensa que el horizonte de la pareja es algo nebuloso. Pablo ama a Laura y abandonarla supondría el fin del mundo para él. Cuando llega al cuarto de baño, antes de regresar a la cama se percata que hay una vela encendida. Delante de ella hay un gran espejo moderno y rectangular. Entre la vela y el espejo advierte una pequeña cartulina blanca escrita la palabra roma con un intenso color rojo de pintalabios. 


Pablo se emociona, afloran lágrimas en sus ojos al comprobar que la palabra reflejada en el espejo es “amor”, supone toda una declaración. Pablo comprende que Laura trata de evocarle el recuerdo del viaje de novios a Roma, en la primera noche que se amaron. Antes de hacer el amor habían visto en la habitación del hotel la película de Ernst Lubtisch: Lo que piensan las mujeres.

Pablo Ferrando

CARTA A NICOLÁS

Nico, cariño ¿cómo trasladar a unas pobres palabras todo mi anhelo de felicidad para ti?

Esta vida es muy hermosa aunque, a veces, a ti no te lo parezca. Sé lo que me digo porque yo fui una niña triste, llena de miedos y culpas y con unas ganas enormes de sentirme arropada, querida o simplemente tomada en cuenta.

Para ti deseo, sobre todo, que te emociones.


Emociónate con los Legos, con esos mundos que recreas  e imaginas en ellos. Emociónate creando, con barro, con madera, con papel, con colores o en blanco y negro, todo el fantástico  mundo que bulle en tu cabeza y en tu corazón. Emociónate con los bichos y sus manías, con los piratas y los caballeros y también con las princesas. Y, más adelante, con las miradas –aún confusas para ti- de las niñas de tu clase, princesas que están creciendo más deprisa que tú.

Que te emocione la música, la luna, el primer olor a azahar cuando la primavera se abre, tímidamente, paso entre el asfalto. Que te emocione el contacto con otra piel.  Que te emocionen las lágrimas y también las risas.

Deseo que abraces con pasión todo aquello que te haga vibrar y, sobre todo, deseo que lo abraces sin culpas y sin miedos.

Deseo que ames profundamente y sin paracaídas, como un kamikaze, todo aquello que te haga sentir vivo y emocionado. Porque  si amas así nunca caes, simplemente vuelas, te entregas al viento y vas cambiando de altura con él. Y, a veces, te lleva tan alto que sientes  que podrías tocar el sol con sólo alargar tu mano.


Y deseo ser una pequeña parte de esa emoción, por poder ser testigo de tu gran aventura: tu inmenso amor por la vida.

Cruz Ferrando
Abril 2014


LA PALABRA

Tal y como mandó la seño, no debemos hacer una redacción muy extensa sino de pocas palabras. Así que, con buenas palabras, doy palabra de Dios de menguar en la extensión para exponer únicamente las palabras clave, sin usar nunca palabra gruesa.

Las palabras pueden ser mágicas, como las que esperas de la persona amada, palabras preñadas de odio del enemigo, palabras de buena crianza en los amigos o palabras de buena ley en la gente de honor. 


Hay palabras subidas de tono o palabras mayores, sobre todo en las discusiones  y palabras picantes entre los amiguetes, palabras cruzadas en el crucigrama o palabras de ley, que no suelen ser palabra de juez, sobre todo si te llamas Elpidio. Hay palabras ociosas, cuando no hay nada que decir y palabras al aire, cuando no tienes a nadie con quien hablar. En ocasiones, atravesamos con la palabra, sobre todo la clase dirigente con sus eufemismos, con significados nuevos a palabras antiguas. “Ajuste estructural” significa “paro”, “austeridad” significa “recortes” y “crecimiento negativo” significa empobrecimiento”. Es una nueva manera de medir las palabras en beneficio de la clase dominante.


Como uno tiene palabra de honor, y ha dado su palabra, usaré como despedida la última palabra: Adiós.


Nacho Cort (abril de 2014)