Cápsulas
Qué son, para qué sirven, de qué color, la forma, su envoltura, cuántas
hay en una caja... Todos esos datos nos dice el paciente, ante la pregunta ¿Qué
toma usted señora, señor, joven, vieja? todo menos el nombre. Si son hombres, que
son mucho más torpes que las damas, te responden “Ah, si, eso quien lo sabe es
la dona”. ¡Ale, se quedan tan panchos! Nosotros pensamos: eso también nos
pasará al resto de los humanos, sobre todo si somos hombres, que somos más
torpes. Como podéis imaginar, me puede mi defecto profesional. Una cosa que no
me gusta de las cápsulas, es que no sabemos el sabor de la cosa que nos tragamos,
o cuándo se derretirá en la lengua si no tenemos agua cerca. No voy a hablar de
las que contienen café, música, pelis y otras cosas. Siguiendo con la deformación
profesional, me gustaban más las PÍLDORAS.
Carlos Aguilar
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