martes, 23 de noviembre de 2021




ISMAEL



Es un niño polaco. Le encanta llevar la kipá, le hace sentirse importante. Lo que no soporta son los peyes, esos tirabuzones a los lados de su cara a los que la tradición obliga. A los cinco años  empezó a estudiar la Torá, se está preparando para el gran día de su Bar Mitzvah, el día en que se convertirá en hombre, cuando cumpla trece años.


Lo que Ismael no sabe es que ese día no llegará nunca. Tres años más tarde, toda su familia será trasladada a un campo de trabajo, dicen, a unos 70 km de Cracovia.  A él le salvarán precisamente esos peyes, que han pasado a formar parte de su hermosa cabellera rubia.


Tras sobrevivir, a duras penas, durmiendo entre escombros ha tenido suerte, aunque no volverá a usar la kipá. La pareja alemana que lo adoptó nunca sabrá que un día estuvo orgulloso de llevarla.


Él le parece un hombre muy importante, con tantas medallas y cruces, con esas botas tan brillantes. Intuye que ahora debe portarse bien, pero, pasado un tiempo, le pedirá que lo lleve a ese campo de trabajo para buscar a su familia.


¡La alegría que van a llevarse! vale la pena esta espera...



Cruz Ferrando

Noviembre 2021




        NOAH



     Soy Noah. No, ese no es mi nombre. Ese no es mi nombre. Me llamo Jedrek.

     Os voy a contar una historia. Vivíamos en Cracovia. Recuerdo la escuela, la maestra, su voz, jugar al Sol en la nieve limpia, recuerdo a mi madre, su olor. Mi padre me contaba historias. La historia de Noach. Noach era un hombre bueno y por eso se salvó al gran diluvio. Trepó a un árbol muy alto hasta que pararon las tormentas y el agua fue bajando. Noah es el nombre Yiddish para Noach, que significa descanso en Hebreo. También me contó la historia de Jedrek. Jedrek era un niño muy valiente que sobrevivió a una guerra escondiéndose y quedándose muy quieto, y cuando el peligro pasó corrió y corrió por el bosque hasta ponerse a salvo. Jedrek es hombre fuerte en Polaco.

     Vale, ahora tengo que terminar de contaros esta historia. Llegaron aquellos hombres, muchos soldados, gritando y tirando todas las cosas por las ventanas, empujando y sacando a la gente de sus casas. Mi madre lloraba, todas las madres lloraban, y así nos hicieron marchar afuera de Cracovia.  Mi padre me agarró en brazos y me hablaba todo el tiempo de la historia de Jedrek, yo ya no era Noah, ahora sería Jedrek y tenía que ser fuerte y valiente como él, me decía, y que pasara lo que pasara me abrazara a él y me quedase quieto muy quieto, aunque él ya no me hablara… solo cuando llegara la noche y hubiera silencio tenía que correr y correr al bosque hasta llegar lejos muy lejos… y mi padre me abrazaba muy fuerte y me besaba, sin dejarme  mirar nada, yo solo veía la nieve sucia…  ya se oían disparos, muchos disparos y gritos… caímos de golpe a lo hondo, yo abrazado a mi padre le decía bajito, soy Jedrek, soy Jedrek, soy Jedrek, aunque él ya no me hablaba… y así pasó mucho tiempo hasta que llegó la noche y todo era silencio. Dejé a mi padre, me arrastré entre los cuerpos de mucha gente y trepando afuera salí de allí…

 ahora corro, corro por el bosque, lejos, muy lejos. Soy Jedrek, soy Jedrek, soy Jedrek…


                                                                                          Jorge Ferrando

Noviembre 2021



EL HIJO DE SAÚL



El padre se sentía orgulloso de su hijo, hacía unos pocos días que había celebrado el Bat Mitzvá para alcanzar la madurez personal frente a la comunidad judía. Pero corría el rumor de que dentro de una semana la familia iba a ser deportada a un destino incierto.

 El padre cogió su cámara fotográfica y trató de hacer un retrato con el fin de conservar la inocencia del niño captando sus ojos llenos de temor y melancolía. El padre le regaló la foto como recuerdo de aquel instante. 

Cuando estuvieron a punto de partir el hijo quiso llevarse consigo la fotografía, sin embargo decidió esconderla en el último momento, en el sótano de su casa. 

La imagen en blanco y negro perduró en el tiempo venciendo a los nazis por tratar de borrar cualquier vestigio de la Shoa.



Pablo Ferrando

Noviembre 2021








 

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