jueves, 18 de noviembre de 2021


Nueva york. 1981
Bill Cunnighan






NI TE IMAGINAS



Las hermanas Mellany, Dorothy, Olivia, y Linda, están de enhorabuena, acaban de ganar un sorteo de los grandes almacenes Macy's, en la Octava con la 39, y como premio recibirán un vale de compras de 500 $ para gastar en la sección de modas y confecciones.

Cierto que ellas son clientas habituales de Macy's desde que abrió al público allá por 1952, y cierto es que a las hermanas Mellany no las verás de cualquier manera, para ellas la moda lo es todo.

  • Ni te imaginas… - así le contaba, Dorothy a su amiga Allison - todo un evento con posado y fotos, y lo más increíble, un fotógrafo muy importante, según nos dijeron, hará un reportaje que publicará en un libro de sus trabajos fotográficos.

Las hermanas Mellany aguardaban ansiosas el día de la entrega del cheque regalo de los grandes almacenes Macy's y sobre todo el posado con ese misterioso y al parecer importante fotógrafo. Dorothy, la mayor y más alta, calmaba, intentando rebajar algo, el entusiasmo desmedido de Olivia y Linda, que ya hablaban de la posibilidad de aparecer en reportajes de grandes revistas de moda y sociedad.

Y así llegó el día del gran evento, al que las tres hermanas, Dorothy, Olivia y Linda acudieron con mucha ilusión y nervios también. Ni que decir que su aparición causó sensación. El público y en particular el famoso fotógrafo, Bill Cunnhigan, quedaron hechizados por la gracia y originalidad de las hermanas Mellany.

  • Ni te imaginas…- así le comentaba Bill Cunnhigan a su editor tras el evento del Macy's

  •  -…el reportaje que acabo de hacer, tres hermanas, las hermanas Mellany… es como si no fueran reales, no lo pueden ser, pero lo son, son reales, no puedo describir la sensación que me han dejado… ni te imaginas…



Jorge Ferrando

Noviembre 2021





Hacía tiempo que no nos veíamos y al fin nos reunimos a medio día. Hablamos, comimos. De una cosa pasamos a otra, hasta que alguien habló del nuevo grupo que se había creado, para escribir relatos. Estaba compuesto por varios hermanos. La mayor parte sentados a la mesa en ese momento.

Escuchaba curiosa y reía con algún comentario. Incluso me leyeron  uno de los relatos.

Cada historia que se escribía, debía hacerse a partir de una imagen propuesta. Eso me gustó. 

Hasta ahí todo bien. Risas, curiosidad y poco más.

Peroooo... ¡de pronto me enseñaron la foto para el próximo relato! Un impulso imparable me conectó  a ella. Tres mujeres de pelo blanco, felices, satisfechas, seguras, con mucha personalidad y  ropa alucinante, me estaban conquistando. 

Y después de una semana dedicando pensamientos, su poquito de estrés  y algunas líneas escritas. Llego a la conclusión de que no. Son las 10:49h de la mañana, tengo un huevo de trabajo y aquí estoy escribiendo un relato sin sentido, que el mundo no necesitaba.

Pero eso sí, la foto se queda conmigo.


   


Ana Ferrando

Noviembre 2021



FIDELIDAD


Estamos de celebración, vamos al salón de té más elegante y exclusivo de la ciudad.


Desde que el cuerpo de Emma apareció flotando en las aguas de la bahía, nuestra amiga Ethel no había levantado cabeza. Estuvimos luchando más de un año junto a ella para que se culpara al verdadero responsable de su muerte y no conseguimos nada.


Hoy, por fin, se ha hecho justicia. Su yerno, el atractivo Jimmy, ya no manipulará a ninguna otra mujer.


La escena macabra que quedó en su apartamento resultó una sentencia poética. La policía no va a encontrar ni una sola huella, eso seguro.



Cruz Ferrando

Noviembre 2021 




LA SOMBRA DEL PADRE


Me había enterado en The New York Times que una galería de Manhattan dedicaba una exposición fotográfica a Bill Cunhigan. Acudí a los pocos días a ver sus fotos. Tenía curiosidad  por si era verdad lo que me contó mi padre, que salía en uno de sus trabajos. Yo no me lo creía. Desconfiaba de las historias que me contaba, era muy fantasioso. Me recordaba a Albert Finney en The Big Fish. En cierta ocasión, me contó que fue amigo y vecino de Bill Cunhigan y que lo sacó en una fotografía. 

Cuando entré en la galería me puse a ver las imágenes, pero no lograba encontrar a mi padre en ninguna de ellas. Sí me llamó la atención, en cambio, que una ancianita llevaba un buen rato sentada frente a una enorme fotografía donde aparecían tres mujeres. Me senté junto a ella y me fijé en la adorable sonrisa melancólica que esbozaba en sus labios. Luego observé con atención a las tres retratadas que estaban engalanadas con ropas alegres y guantes blancos. 

Durante unos minutos nos quedamos mirando la fotografía en silencio. Luego volvió la cabeza hacia mí y me dijo en un tono entre orgullosa y nostálgica que aquel trío de damas eran sus hermanas y que fue la última vez que se vieron juntas. Habían ido de compras y un señor con una cámara se las acercó para fotografiarlas. La ancianita me confesó que era muy tímida y no deseaba salir, pero sus hermanas accedieron de buen grado. Ella se apartó para hablar con el hombre que acompañaba al fotógrafo. Al contemplar de nuevo la foto pude darme cuenta de que, detrás de las mujeres, había un hombre caminando. Era mi padre.



Pablo Ferrando

Noviembre 2021






LA BUENA DE MARGARET



Así se llamaba la cuarta, la que no sale en la foto.

Desde que juntas asistieron a un taller de dibujo, Margaret sacó lo mejor de cada una de ellas. Desde el principio, les animó a salir, a no quedarse en casa.

“Siempre hay un buen motivo para arreglarnos y ponernos guapas, ¿verdad Peter?” me decía cuando con mucho desparpajo y todo engalanadas, venían al Café Roma y un servidor les ponía té y algún café descafeinado con mucha leche, lo recuerdo como si fuera ayer. Martini, incluso alguna Margarita cuando había algo especial que celebrar.

Causaban cierta hilaridad, a veces algún cliente se faltaba y cachondeaba un poco de ellas, pero yo me encargaba de neutralizar rápidamente cualquier posible desplante.

¡Se las veía tan bien! no sé… modernas, adelantadas a su tiempo. Quizá ese taller de pintura al que se apuntaron, las dejó volar, con aquel estilo vanguardista y exagerado que ellas tenían.

Yo disfrutaba de su presencia, ¡Olé tus huevos! Me descojonaba de lo que a veces llevaban puesto: pañuelos a cuadros rosas en la cabeza, gafas de sol en días nublados, guantes blancos de princesa, bolsos a juego con sicodélicos abrigos, bisutería naif.

Sí ¡me descojonaba! pero siempre para mis adentros. Hacia afuera, hacia ellas, siempre les adulaba, supongo que con careto un poco de sorpresa. Me encantaban.

Margaret era el motor de aquel original grupo.

Elisabeth viuda desde los cincuenta.

Nathalie tristemente separada, años atrás y Cloe también viuda.

Se conocían todas ellas, creo que desde pequeñas, desde su infancia y por Margaret se apuntaron al taller de pintura. Margaret, soltera amante de la pintura, llevaba ya varios años en esa misma academia, según me contaban. Cuando las otras le siguieron, algo cambió en sus vidas. Margaret ¡ mujer tan especial! Era quien organizaba todas las actividades: cenas, inauguraciones, viajes, mil historias… Las otras se apuntaban a veces, no siempre: “Tienes mucha fuerza mujer, claro, como eres soltera, estás más acostumbrada a estos trotes…” Margaret disfrutaba cada instante de su vida, como si fuera el último.

Con mucha gracia y cierto descaro, una vez llegó a conseguir invitaciones para la inauguración de una importante galería de arte en el Soho. Afamados pintores de todo el mundo allí estaban. Músicos, escritores, actores y actrices, políticos. Qué gracia, haberlas visto allí con esos ropajes flipantes ¿Qué pensarían de ellas? ¿Las confundirían acaso con grandes pintoras, actrices, modistas? No sé. Pero seguro que esos momentos, fueron preciosos, entonces tocaron el cielo, podríamos decir que entones fueron felices las cuatro amigas.

Me enteré tiempo después: En la foto, esta imagen, este momento fue la última vez que estuvieron juntas las cuatro. Margaret falleció poco después…

Pasó el tiempo, pero ya nada volvió a ser igual. Ni Cloe, ni Nathalie y menos Elisabeth tuvieron fuerzas para salir, ni si quiera para venir al Café Roma… ya nunca más las volví a ver

¿Qué habrá sido de ellas?


 Ernesto Ferrando 

Noviembre 2021












 

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