miércoles, 17 de noviembre de 2021

 



MIRADAS


No se entera, no se entera la pobre de ella, ni imagina que en realidad yo a quién lanzaba miradas era al hombre de detrás… en eso estábamos, él me había mirado de esa manera furtiva y rebosante de deseo, y yo la mantuve traspasado de anhelo y dicha, cuando apareció ella justo en medio… qué fastidio ¡!. El disimula avergonzado, yo no sé cómo salir airoso… y ella sigue y sigue insinuándose… ''Señora es usted muy bella y elegante, pero a mí quién de verdad me interesa es ese hombre… si tú, tú, no te avergüences de sentir lo que sentimos y vámonos juntos...''  les diría… pero no me atreveré, nunca me he atrevido, siempre ha sido así, fingir, ocultar todo aquello que me haría vivir…



Jorge, Octubre 2021



VACACIONES EN HAWAI


Me extrañaba tanto interés por parte de Marc en hacer ese viaje de repente. Nunca antes lo había visto tan ilusionado por un plan conjunto.


Una vez instalados en el hotel, me animó a ir de compras, allí los precios eran tentadores. Contagiada por su actitud, de niño con zapatos nuevos, decidí disfrutar de la oportunidad de sentirme ilusionada de nuevo. Había hecho la maleta con desgana y pensé en salir sola, mientras el se hacía una siesta, para sorprenderlo con mi imagen renovada.


Me cuesta mucho decidirme y siempre tardo una eternidad cuando salgo a comprarme algo que necesito. Ese día ocurrió algo mágico, en el primer sitio al que entré, justo al lado del hotel, parecía que todo llevaba mi nombre. Tardé diez minutos en hacerme con un vestuario nuevo y precioso que me hacía sentir joven de nuevo.


Regresé feliz al hotel, entré sigilosamente en la habitación. Pensaba cambiarme en el baño y sorprenderlo al despertarlo con mi nueva imagen. Un ruido extraño llamó mi atención. Cuando mis ojos se adaptaron a la semipenumbra , descubrí dos cuerpos desnudos y sudorosos en lucha encarnizada sobre la cama.


El otro cuerpo era el de aquél cliente amable con el que coincidimos en el avión y, más tarde, en el restaurante, el hombre de la camisa azul.




Cruz Ferrando

Octubre 2021




LEJOS DEL CIELO


Era nuestro primer día de trabajo. Estaba nerviosa, necesitaba relajarme y no podía quitarme de la cabeza acostarme con él. Quería seducirlo en el primer momento que estuviéramos juntos. Me acerqué a un mostrador, eché una ojeada a los sombreros, pero el vendedor con bigote francés me enseñó uno con líneas moradas. Me giré y comencé el cortejo mirándole con picardía a Sebastián:

  • ¿Te gusta…? No sé si me sienta bien.


Sebastián giró la cabeza y se percató de que en el umbral de la tienda mi marido recelaba de nuestra conversación. Sonrió sin atreverse a responder. Entonces aproveché que Sebastián estaba con la guardia baja para susurrarle:


  • Nos vemos a media noche. En el motel Bates.


  • ¡Corteeeen¡¡Interrumpimos el rodaje! Marian, no te inventes frases del guion. Respeta las líneas de diálogos, por favor.


El director de cine consultó el reloj y nos dijo que volveríamos a rodar por la tarde. Yo me quedé mirando a Sebastián, pero él se alejó del set y se reunió con mi marido. Se metieron en los lavabos juntos y cuando me acerqué estaban besándose apasionadamente.


Pablo Ferrando

Octubre 2021



ACASO UN ROCE



¡Esto no está bien!


Llevo siguiéndoles desde que aterrizamos.


¿Qué coño me pasa? ¿Qué estoy haciendo? ¡Parezco un enfermo! Ahora estoy aquí dentro, ya más de diez minutos, disimulando, aparentando querer comprar algo…


No puedo resistirlo más, me siento hechizado, atrapado, desde que me crucé con ella en el aeropuerto de San Diego. Su mirada me fascinó, mientras su pareja, ese tipo que veis ahí fuera, con aires de sabelotodo, pagaba en el mostrador no sé qué recargo por el volumen de su equipaje o algo así…

Lucy … se llama Lucy. Habrá venido a celebrar algo, a disfrutar unos días con ese pasmarote. En cambio yo, he venido aquí a olvidar. Sí amigos, a olvidar y a intentar ordenar y poner las cosas claras en mi vida… y sin embargo sigo aquí dentro, en esta situación tan rara, de la que no sé cómo escapar.


Creo que ella sabe que les sigo, no he parado de hacerlo desde que llegamos a Waikiki, supongo que no le molesta, a lo mejor hasta le pone.

Si nos cruzamos en el hotel, mantiene su mirada hacía mí todo el tiempo. ¡Dios, que ojazos! Hace un rato, mientras iba por el paseo, me ha visto, se me ha acercado y se ha metido aquí en esta tienda de turistas, cuando me ha visto entrar a mí primero.

¿Le gusto? ¿A qué querrá jugar?


Todo en ella me sugiere deseo, pasión, sexo prohibido. Ralph, el tipo de la camisa azul, ¿por qué no se pierde media hora por ahí?


En fin, aquí me tenéis, haciendo el bobo un buen rato, con esa mujer que no para de mirarme, a la que no me puedo resistir. Se acerca a mí poco a poco, aparenta indiferencia , mirando sin detenerse en nada concreto, los objetos expuestos, hace como que no estoy ahí.


Se detendrá casualmente pegada a mí y quizá llegue a darme eso que tanto espero, oler su aliento, acaso un roce, acaso un beso.



Ernesto Ferrando

Noviembre 2021



EL AÑORADO CARIBE CAROLINGIO


Ahora, treinta años después, aún recorre mi espalda un hormigueo y se me anuda el estómago con la ensoñación de los felices días caribeños junto a Sebástian.

Dos anónimos y colosales jóvenes en su esplendor dando rienda suelta a su pasión, lejos de la vida impuesta en la pacata alta sociedad de la Philadelfia de posguerra.

Oh Sebástian, mi tesoro, mi secreto, mi amor, mi vida…, mi decepción, mi fraude, mi pena, mi rotundo divorcio. Solo un excelente cebo bien pagado, sirviendo en bandeja de plata el exitoso encargo de mi marido al detective Marlowe.


Violeta Pfeiffer  

Noviembre de 2021







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