LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
La noche avanzaba lenta e
inexorablemente, pero las ideas no llegan a su mente. Hay una agazapada en
algún rincón de su interior, que pugna por salir sin conseguir encontrar el
camino. “La inspiración te tiene que alcanzar trabajando”, se repite una y otra
vez. El cansancio le está venciendo pero sabe que se está acercando, sus
sensaciones son cada vez más intensas y más firmes.
Una nota aparece de repente
en su interior de improviso y luego otra, junto a una tercera que son el
comienzo de una armonía perfecta. De repente la música se vuelve fluida,
armónica, bella, preciosa. Ya no se detiene, todo es mágico, sus manos
transforman sus pensamientos en sonidos maravillosos que lo llevan al éxtasis. Ya no puede parar, está en un
estadio espiritual de creación musical memorable. Se siente arrobado, transportado a estadios
superiores.
Millones de almas van a
disfrutar durante siglos de este momento sublime.
Paco Palanca
Paco Palanca
Vivan los arrobos creativos, que aún no surgiendo de la generosidad premeditada, sino de un explosión ineludible del talento, provocan magia en el autor y en el receptor.
ResponderEliminarMuy bien visto y contado.