miércoles, 18 de noviembre de 2015

LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL


La noche avanzaba lenta e inexorablemente, pero las ideas no llegan a su mente. Hay una agazapada en algún rincón de su interior, que pugna por salir sin conseguir encontrar el camino. “La inspiración te tiene que alcanzar trabajando”, se repite una y otra vez. El cansancio le está venciendo pero sabe que se está acercando, sus sensaciones son cada vez más intensas y más firmes.

Una nota aparece de repente en su interior de improviso y luego otra, junto a una tercera que son el comienzo de una armonía perfecta. De repente la música se vuelve fluida, armónica, bella, preciosa. Ya no se detiene, todo es mágico, sus manos transforman sus pensamientos en sonidos maravillosos que lo llevan al éxtasis. Ya no puede parar, está en un estadio espiritual de creación musical memorable. Se siente arrobado, transportado a estadios superiores.



Millones de almas van a disfrutar durante siglos de este momento sublime.



Paco Palanca

1 comentario:

  1. Vivan los arrobos creativos, que aún no surgiendo de la generosidad premeditada, sino de un explosión ineludible del talento, provocan magia en el autor y en el receptor.
    Muy bien visto y contado.

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