Cuando alguien dijo, “para la siguiente cita: escalera”, pensé que era una de las
palabras con más tópicos; ya se sabe, subir al cielo o a lo más alto, o bajar
al averno o a la perdición, unir estancias o separar, empujar por ellas en las
películas de terror y a la vez, el lucimiento de la vedette en su descenso.
¿Habéis probado alguna vez a bajar unas escaleras mirando al frente, sin
controlar los peldaños? Os aseguro que es uno de los ejercicios más difíciles.
También la que te cambia la vida si te sonríe el azar, la escalera de color.
Pero a mí me sugirió otro tipo que había visto no hacía
mucho. ¿Qué os parece la que os muestro?
Debe ser genial tener una así en tu casa. Prolongar tu niñez…
Amparo Soler. Marzo 2014
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