TÚ LA LLEVAS
Mamá está dormida. Me
acurruco a su lado. ¡Qué bien huele!
Ya no me deja que me
meta en su cama cuando tengo miedo del monstruo que está en el armario. Ella
viene, enciende la luz, abre la puerta y me dice: mira Carlos ¿ves como no hay
ningún monstruo? No sabe que se esconde hasta que estoy solo otra vez.
El bebé ha empezado a
llorar. A él si que le hace caso y todas, tooodas las noches duerme en su
habitación.
¡Mamá, despierta!
¡Levanta ya! ¿Ya no quieres jugar conmigo? Venga mami, te toca esconderte a ti
y te prometo que no te volveré a empujar
tan fuerte por las escaleras.
¡Qué fastidio! Ese
bebé tan pesado no deja de llorar. Tendré que prepararle yo el baño…
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